"Nada es verdad, todo está permitido."
Hola a todos y bienvenidos de nuevo a este pequeño rincón del videojuego. Con este artículo quiero aprovechar para inaugurar una nueva sección: como ya sabéis (y si no ya os lo cuento), este blog empecé a escribirlo allá por 2012, cuando aún cursaba en Secundaria, y la calidad de los textos de aquella época es cuanto menos dudosa. La idea que se me ocurrió el otro día y que quiero poner en marcha en esta entrada es reescribir aquellos análisis que realicé en mis tiempos mozos, aprovechando ahora mi mayor experiencia vital y en el mundo de los videojuegos, así como mi mayor destreza a la hora de redactar textos. De esta manera también emulo la costumbre que tenemos algunos jugadores de rejugar aquellos títulos del pasado que tan buenas horas nos hicieron pasar.
Y retomando el hilo principal, el primer juego que va a inaugurar esta sección es la primera entrega de una de las sagas más longevas y archiconocidas de la historia de esta industria: Assassin's Creed. Desarrollado por los chicos de Ubisoft Montreal y lanzado en 2007 (sí, hace ya 15 años, madre mía como pasa el tiempo) para las plataformas de PlayStation 3, Xbox 360 y PC, pertenece al género del "sandbox" o, transcrito a nuestra lengua, "juego de mundo abierto", unos de los géneros que despegó en esta generación y que se ha ido asentando en las posteriores hasta consolidarse como uno de los principales géneros de la industria, existiendo miles de títulos que han implementado y perfeccionado muchas de las mecánicas que juegos como el que nos ocupa introdujeron de manera novedosa en esos años.
ARGUMENTO
Lo bueno de hablar del argumento de un juego que salió hace quince años es que la posibilidad de meter la pata por destriparle la historia a alguien se reduce de manera significativa. Sin embargo, aquí no estamos para desarrollar toda la narrativa de cada uno de los juegos que traigo a este blog ni para destripar la trama a aquellas personas que por las razones que sean no han tenido la oportunidad de jugarlo. La idea, como siempre, es dar unas pequeñas pinceladas para que vosotros os hagáis una idea del argumento y ver si os atrae y es lo que esperabais o no.
La narrativa de este título nos lleva a dos líneas temporales distintas: por un lado, en la actualidad, encarnamos a Desmond Miles, un camarero que es secuestrado por unas personas extrañas que dicen pertenecer a una empresa llamada Abstergo, con el objetivo de utilizarnos como sujeto de prueba con una extraña máquina llamada Animus. Resulta que gracias a ella podemos revivir los recuerdos de nuestros antepasados, encriptados en nuestro genoma. En concreto, el antepasado que nuestros captores quieren que revivamos es Altaïr Ibn-La'Ahad, perteneciente a la Hermandad de Asesinos, en Tierra Santa en la época de las Cruzadas (en torno al año 1200), que tendrá que enfrentar a múltiples enemigos y facciones, entre los cuales destaca la Orden de los Templarios (un cuerpo de guerreros de élite cristianos cuya objetivo aparente es tomar Tierra Santa y recuperarla de las manos de los herejes, aunque parecen ocultar otras oscuras intenciones), y así desentrañar una gran conspiración que podría afectar al curso de la guerra o incluso el destino del mundo.
Con esta entrega nacería uno de las mayores rivalidades de la historia del videojuego: la Hermandad de Asesinos y la Orden de los Templarios, conflicto que ha persistido a través de los anales de la historia hasta la actualidad. Es una trama sencilla, sin grandes sorpresas o giros de guión, pero que ha dado vida a un amplio universo que se ha ido enriqueciendo a medida que han ido siendo lanzadas las diferentes entregas de esta saga tan conocida.
JUGABILIDAD
La jugabilidad de Assassin's Creed ha ido evolucionando mucho a lo largo de las muchas entregas que se han ido lanzando al mercado sucesivamente. Sin embargo, en este artículo vamos a hablar del que fue el primer juego de esta franquicia, y por lo tanto, será el título con la jugabilidad más primitiva de la saga. En este caso, se centra en tres elementos de capital importancia que vamos a ir describiendo uno a uno: el combate, el parkour y el sigilo .
Encarnamos a un guerrero entrenado en diversas artes marciales y estilos de combate, y dispondremos de diferentes armas a nuestra disposición para acabar con nuestros enemigos: una espada, una daga, cuchillos arrojadizos, etc. También podremos emplear diferentes técnicas de combate, como golpes pesados, contrataques, agarres, esquives, etc. De esta manera, enfocaremos nuestro estilo de juego en uno más agresivo y directo, recurriendo a nuestras habilidades para acabar con nuestros enemigos. A medida que avancemos en el juego iremos desbloqueando nuevas técnicas y armas para nuestro arsenal, lo que nos permitirá afrontar aquellos desafíos que antes éramos incapaces de ello.
Por otro lado tenemos el parkour, uno de los elementos más característicos de la saga, siendo uno de los primeros juegos en introducirlo como una mecánica jugable. Gracias a las habilidades de Altaïr podremos recorrer los tejados, escalar torres y edificios, dar saltos imposibles... Así podremos acceder a lugares inaccesibles por medios convencionales, lo que nos aportará mayores posibilidades y capacidad de adaptación.
Por último, hablemos del sigilo. Somos un Asesino, perteneciente a la Hermandad, la cual estaba regida por tres preceptos básicos: "Aleja tu hoja de la carne del inocente", "Sé siempre discreto y fúndete con la multitud" y "No comprometas a la Hermandad". Estas reglas nos invitan a asumir un estilo de juego sigiloso, para no llamar la atención de la población ni de nuestros enemigos, con el objetivo de minimizar los daños colaterales y comprometer a nuestros hermanos, a la par que maximizamos las posibilidades de éxito de nuestra misión. Podremos emplear a la multitud, nuestras habilidades de parkour y nuestra armas más emblemática, la hoja oculta, para alcanzar a nuestras víctimas sin levantar alarma y acabar con ellas y huir antes de que se den cuenta de lo que ha ocurrido.
Visitaremos algunas de las ciudades más importantes de Orienta Medio en esa época (Jerusalén, Acre, Damasco), que estarán interconectadas entre ellas a través de una amplia extensión de terreno que podremos atravesar a caballo o a pie (opción no muy recomendable por la duración de los viajes). Además, todos estos asentamiento conectarán con Masyaf, nuestro hogar y fortaleza de la Hermandad de Asesinos, donde interactuaremos con nuestros hermanos y podremos practicar nuestras habilidades en la zona de entrenamiento.
Uno de los elementos más importantes de estas ciudades serán las atalayas, que nos permitirán despejar el mapa y revelar actividades "secundarias" por toda la ciudad (ejecutar objetivos de menor relevancia, recoger banderines, misiones de escolta, espionaje y extorsión, salvar civiles inocentes). ¿Y por qué entrecomillo la palabra secundaria? Porque estas actividades serán vitales para conseguir información sobre nuestro objetivo: su ubicación y la de sus guardias, atajos, accesos ocultos. Esa información será clave para preparar nuestro plan de acción el cual nos permitirá cumplir con éxito nuestra misión. Cada vez que lleguemos a una ciudad tendremos que repetir siempre la misma rutina: escalar las diferentes atalayas, recoger información sobre el terreno, contactar con el asesino responsable de esa ciudad y planificar el asesinato, y llevarlo a cabo. Esto puede llegar a hacerse muy monótono y repetitivo, y es uno de los principales puntos débiles de este juego. Tras completar las primeras misiones rápidamente empezamos a sentir que lo que hacemos es siempre lo mismo, que no hay ningún tipo de novedad que nos mantenga enganchados salvo el desentrañar los secretos que nos presenta el juego. Cada vez que completemos una misión informaremos a nuestro superior en Masyaf, y seremos recompensados con nuevo equipo y nuevas técnicas de combate.
Y hasta aquí llegamos con el apartado de jugabilidad. Como podéis ver, si analizamos el juego desde el prisma actual podemos pensar que se trata de un título con unas mecánicas simples, en ocasiones toscas y repetitivas. Pero si reflexionamos, nos daremos cuenta de que se trata de un juego cuyo lanzamiento se produjo hace más de 10 años, y que a pesar de ello incorporó mecánicas que nunca o apenas se habían utilizado previamente, lo que hay que tener en cuenta ala hora de su valoración en la actualidad.
IMAGEN Y SONIDO
Entramos en un apartado difícil de valorar cuando hablamos de juegos "retro": el apartado gráfico. Evidentemente no podemos tratar de comparar el motor gráfico de un juego de 2007 con el de los títulos de la actual generación (a todos nos da la cabeza para no comparar un juego de hace dos generaciones con títulos como Horizon o Forza). Por otro lado, no poseo el conocimiento suficiente para poder hacer una valoración conjunta del apartado visual de este juego y de aquellos que se lanzaron de manera coetánea. Lo que si puedo hacer es hablar de lo bien o mal que ha envejecido, y en este caso puedo decir que Assassin's Creed mantiene un buen nivel gráfico. Existe una gran variedad de entornos, intentando que cada ciudad o ubicación tenga una personalidad única a través del diseño y la paleta de colores empleado en cada caso. Las animaciones están bastante bien cuidadas, sobre todo en relación con las peleas, aunque son muy básicas en comparación a lo que estamos acostumbrados. En resumen, a pesar del paso del tiempo este título ofrece un apartado visual sólido y consistente que permite al jugador actual, acostumbrado a gráficos de alta calidad, disfrutar de él y que no le eche para atrás.
En cuanto al apartado sonoro, una de las cosas que más me gusta es el sonido de las armas chocar unas contra otras en el fragor de la batalla, pues ofrece un realismo que me sigue pareciendo brutal, y que en entregas posteriores en mi opinión no supieron recrear de manera tan magistral. La BSO es sólida y suficiente, pero salvo algunas pistas concretas, el resto pasa desapercibido, y se hace bastante repetitiva, siguiendo un poco la tónica general que hemos ido desarrollando a lo largo de este análisis
CONCLUSIONES
Si habéis leído atentamente el análisis, la primera palabra que puede que se os venga a la cabeza a la hora de describir este título es "repetitivo" o "monótono". A pesar de ser un juego que en su momento introdujo mecánicas muy novedosas e innovadoras, el mismo juego te presenta un esquema que se repite de manera constante, utilizando siempre la misma fórmula. A pesar de esto, presenta puntos fuertes como un sistema de combate bastante atractivo, un mecánica como el parkour que se siente muy bien aunque con fallos en algunos saltos y movimientos, y como no, reseñar que sentó las bases de la que es una de las sagas más importantes de la historia del videojuego. Así que si nunca lo habéis jugado o sois del grupo que como yo en su momento lo dejaron de jugar después de unas horas, le daría una segunda oportunidad.
Y hasta aquí llega el análisis de hoy. Espero que les haya gustado y comenten. Adiós!
El AC 2!! Mola más!! Incluso el mejor de todos.
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